Por: José Antonio Guridi
Equipo Futuro
Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Cada vez que nuestro e-mail filtra un correo como spam, cuando las redes sociales ordenan las publicaciones, o un sistema nos recomienda qué película ver, estamos en contacto con la Inteligencia Artificial (IA). Esta tecnología se está posicionando, como la nueva máquina a vapor o electricidad, y penetrando distintos ámbitos de nuestras vidas. Por otra parte, si quisiéramos cuantificar de alguna manera el potencial de la IA, PwC estimó que el Producto Interno Bruto a nivel mundial crecería en USD $15,7 trillones para el 2030. Sin embargo, la misma fuente también determinó que este crecimiento se distribuirá en forma desigual, en base a la forma cómo se han preparado los países para recibir esta tecnología. De hecho, proyecta que Latinoamérica capturaría menos de un 6% de ese crecimiento.
Las brechas no son sólo económicas. También se reflejan en la discusión de orden ético sobre los diversos dilemas y riesgos para la sociedad que abre el uso y desarrollo de esta tecnología. Frente a esto, actores públicos y privados han comenzado a desarrollar estrategias para responder a los desafíos y oportunidades de la IA, entre los cuales se inserta la elaboración de la Política Nacional de Inteligencia Artificial de Chile que busca promover, efectivamente, el bienestar, salvaguardando los derechos fundamentales de todas las personas.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación entró en funcionamiento en octubre de 2019, con el desafío de posicionar el desarrollo científico y tecnológico como pilares de un crecimiento sostenible, que mejore la calidad de vida de las personas en todo el territorio. En esta línea, el Ministerio se ha encargado de liderar la creación de una Política Nacional de Inteligencia Artificial que tenga como misión no solo capturar sus beneficios, sino empoderar a la ciudadanía y propiciar el debate sobre la sociedad que queremos construir en relación con la tecnología, a través de la deliberación activa y abierta.
Para alcanzar este objetivo, se ha articulado un proceso participativo temprano, único en el mundo, en el desarrollo de las políticas y estrategias de IA. En esa línea, desde marzo a la fecha, se han generado en el país decenas de mesas autoconvocadas de diversa índole, agrupando a empresas chilenas, internacionales, ONGs, gremios, y a la sociedad civil en general, proceso que continuará abierto hasta el 30 de agosto. Este trabajo se ha acompañado con mesas regionales y una serie de webinars para discutir los temas contemplados por la política desde diversas disciplinas, en los que han participado más de 4.000 personas.
A partir de este proceso, junto con el avance liderado por un Comité interdisciplinario de Expertos y una Mesa Interministerial, se espera avanzar durante los próximos meses en la consulta pública de este documento, para contar con de Política para Chile a finales de año. Estos espacios de discusión son un inicio para nuevos procesos de deliberación que deberán configurarse a través de los próximos años en el marco de la IA y otras tecnologías emergentes.